jueves, 16 de octubre de 2008

... siete




Sol bajo, cielo naranja
El viento no sopla, hoy no busca fama
Ella ríe, casi logro entenderla
El la mira, todavía no se anima

Como una tarde mas
El amor pasa por al lado
No logra unirlos
Lo laboral los distrae
Y ya ni se miran

Enemigos del odio
Conmigo caminen
Que su piel se queme
Y sus zapatos sean gastados
En la ruta del amor.

Quiero tener flechas
Para clavarlos sin sangrar
No soporto verlos en la ruta sin frenos
Me gustaría que miren el paisaje
El pájaro vuela
Y los cables son largos

¿Algún día amaran?
Es cosa del siglo pasado
Romeo y Julieta son solo nombres
Y no encuentro a William enamorado

Enemigos del odio
Conmigo caminen
Que su piel se queme
Y sus zapatos sean gastados
En la ruta del amor.

¿Por que no me dejan triunfar?
Solo necesitan amor
Amor y armaduras para el mal
Y la materia ya no sera mas importante.

Volvere con mas cuidado
Con armaduras y pistolas
Pedire por la revolucion
Cuando me recupere de esta derrota

1 comentario:

CLARIBEL dijo...

Me retumba en el cuerpo su frase:
"Romeo y Julieta son solo nombres
Y no encuentro a William enamorado".
Me puse a pensar en lo que yo creo del amor...en lo que estos personajes me transmiten y en lo que su autor me provoca. Así recordé algo que creo suelo olvidar con frecuencia, por conveniencia.
William Shakespeare abandona a su esposa e hijos en Stratford upon Avon, para dirigirse a Londres, en busca del cumplimiento de un sueño. Totalmente paradójico, ¿no? Pensar que el escritor que más me significa a la hora de estudiar las distintas manifestaciones amorosas a la largo de la historia quizá no logró incorporar el sentimiento como promulgaba en sus escritos. El ser y el parecer...¡qué cosa, che! ¡Qué difícil resulta entendernos!